Saliendo de pandemia, donde todos los negocios han sido afectados su situación económica, resulta inconveniente gravar doblemente al accionista al tributar en cabeza de la persona jurídica al 35% y luego en el reparto de dividendos y utilidades hasta en un 39%, para un total del 74%.
Este panorama puede potencialmente, debilitar la inversión siendo lesivo a la recuperación de las finanzas de las empresas, nuestra recomendación es evaluar este aspecto para que por el contrario haya incentivos a la inversión, en vez de otro gravamen a tarifa alta.

Autor: Alfonso Arguelles Alarcón